Positivas o Negativas, ¿Qué emociones sientes?
En el estudio de las emociones y la educación emocional se plantean dos grandes categorías de emociones: las positivas y las negativas.
Para esto conviene tomar conciencia de que las palabras activan emociones, y las emociones pueden generar actitudes, que son una predisposición a comportarse a favor o en contra de algo o alguien.
Las emociones negativas surgen como parte de adaptación y supervivencia del ser humano. Son nuestra defensa en contra de amenazas externas y nos ayudan a enfrentarlas. Por ejemplo: la tristeza es una respuesta adaptativa ante una pérdida; el enojo, surge cuando alguien nos ataca o invade.
Las emociones positivas, cumplen un propósito educativo, ya que se ha encontrado que amplían nuestros recursos intelectuales, físicos, y sociales, y permiten construir reservas que nos ayudan a enfrentar amenazas. Por ejemplo: la alegría; el placer, la serenidad, la esperanza y la tranquilidad.
Las emociones positivas y negativas son normales ya que marcan el reflejo de las vivencias en nuestro interior. Pero a veces nos resulta difícil aceptar lo que sentimos y podemos juzgarnos a nosotros mismos por sentirnos de cierta manera.
No juzgues tus emociones, ya sean negativas o positivas, siempre llevan un aprendizaje.
¿Cómo nos ayudan las emociones negativas?
Las emociones negativas nos alertan de las amenazas o los desafíos que debemos enfrentar. Por ejemplo: El temor puede alertarnos de un posible peligro.
Las emociones negativas se encuentran en nuestra conciencia. Estas ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo.
El exceso de emociones negativas puede hacernos sentir abrumadas, ansiosas, exhaustas, o desbastadas.
Cuanto más tiempo le dediquemos a las emociones negativas, más emociones negativas comenzaremos a sentir. Al centrarnos en la negatividad, esta aumentará.
¿Cómo nos ayudan las emociones positivas?
Las emociones positivas contrarrestan a las negativas, pero estas también tienen otros beneficios importantes. En lugar de limitar nuestra mente como lo hacen las emociones negativas, las emociones positivas afectan a nuestro cerebro y aumentan nuestra conciencia, atención y memoria.
Las emociones positivas nos llevan a un mejor desempeño en las tareas y evaluaciones, porque estas nos llevan a tener nuevas posibilidades, más capacidad para aprender y mejorar nuestras habilidades.
Las personas con muchas emociones positivas en su vida cotidiana suelen ser más felices, más saludables, aprenden mejor y se llevan bien con los demás.
Debemos ser conscientes que para llevar una vida saludable y equilibrada, debemos cuidar nuestra mente.